El cacao se bebe, se come y se vive

Tras más de una década promoviendo la cultura del cacao, el chocolate y el trabajo artesanal mexicano, declaramos con respeto y convicción los principios que guían nuestro trabajo. Este manifiesto es una invitación a honrar, cuidar y compartir el cacao mexicano como lo que es: patrimonio vivo que no solo se consume, sino que se vive en el corazón.

  • Trato digno para familias productoras

    En las manos de quienes cultivan y cosechan el cacao late el futuro de nuestra cultura. Las familias cacaoteras merecen el trato respetuoso y digno que corresponde a su rol esencial como guardianes de la tierra y su fruto.

  • Pagos éticos, no "comercio justo"

    Más allá de las nociones desgastadas del comercio justo, promovemos pagos éticos que reflejen el verdadero valor del trabajo cacaotero. Estos pagos deben ser justos y suficientes para asegurar el bienestar de quienes hacen posible cada barra de chocolate.

  • Defensa de la biodiversidad

    La biodiversidad es el alma de las plantaciones de cacao. Defendemos la diversidad biológica como pilar de los ecosistemas donde el cacao crece, asegurando su sostenibilidad y el equilibrio natural que enriquece nuestra herencia.

  • Trazabilidad absoluta

    En cada grano de cacao está escrita la historia de su origen. Exigimos transparencia total para que el chocolate que consumimos sea una ventana a los campos y las manos que lo hicieron posible. Solo así podemos elegir con conciencia.

  • El cacao como alimento sagrado

    El cacao no es un dulce caprichoso - es alimento ancestral, fuente de vida y sabiduría. Reclamamos su lugar como tesoro nutricional que nutre no solo el cuerpo, sino también el alma con el peso de su historia y el poder de sus beneficios.

  • Reconocimiento al trabajo artesanal

    La riqueza del chocolate mexicano se complementa con las artesanías que hacen posible su preparación: metate, molinillo, jícara. Valoramos profundamente el aporte de los artesanos y exigimos que su trabajo sea visibilizado y justamente reconocido como parte integral de esta cultura.

  • Visibilidad para todos los actores

    Cada barra de chocolate es resultado del esfuerzo de hombres y mujeres que han cuidado el cacao a lo largo de generaciones. Nos comprometemos a dar visibilidad a estas personas y sus historias, evitando que su trabajo quede en el anonimato.

  • Protección de bebidas tradicionales

    Las bebidas a base de cacao y maíz - pozol, tejate, tascalate, champurrado - son patrimonio vivo. Trabajamos por mantenerlas vigentes y promover su reconocimiento como tesoros históricos, asegurando que su elaboración artesanal se preserve para futuras generaciones.

  • Acceso para todos

    El cacao debe estar al alcance de todos. Nos comprometemos a crear oportunidades para que este alimento llegue a más manos y sea disfrutado ampliamente, sin perder su esencia ni su valor cultural.

  • El cacao como identidad

    El cacao es más que alimento: es nuestra identidad, memoria y futuro. En cada bocado y en cada taza reside una conexión profunda con nuestras raíces, una historia que se sigue escribiendo. Defendemos el cacao como símbolo de nuestra cultura, para que siga nutriendo tanto el cuerpo como el espíritu.

Únete a esta visión

Este manifiesto no es solo nuestro - es una invitación a toda la comunidad del cacao mexicano. Productores, chocolateros, artesanos, consumidores - todos tenemos un papel en preservar y honrar esta herencia cultural.

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